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Mi intención no es ser un poeta ni un juglar, solo se que es mi dicha poder plasmar lo intrínseco de mi ser, la esencia tal vez de lo que soy, en palabras, es así como las vomito de mi mente, las vomito en el papel y en el teclado, ellas solas quieren salir de mi, y dichoso soy por el que las lea, y dichoso es quien contempla un relato en el que he entregado mi pasión y mis ganas, dando paso, a mi irreverencia, que podrá sacar una carcajada, o a mi profundidad, que podrá cautivar y emocionar.

jueves, 27 de enero de 2011

..:: Extranjeros en un país tan propio y tan ajeno ::..


El contexto es la clave del código que nos regalamos, el código del alma, el código del sentimiento, el lenguaje que no todos usamos, el lenguaje que nos hace sentir extranjeros de nuestro propio mundo, y es mágico el encuentro con alguien que es de donde mismo vienes, esa tierra onírica, en la que Dios dejó caer una lagrima y fertilizo la tierra de sentimientos puros. De forma natural hemos comido de aquella fruta que se da solo en nuestro país, el país de los sueños, que nos da el tremendo don de la percepción.

Abrí los ojos y aunque estaba despierto hacía tiempo, en un trance indescriptible y ahora ridículo, acallaba una parte de mi ser que de forma ingrata estaba olvidando… De pronto una luz, alumbró mis palabras y dos sombras coincidieron al momento de sobreponerse, y digo sombras solo para enfatizar que somos esclavos de la física que rige en esta dimensión, y que nos hace ser hombres de carne… Lo intrigante es encontrar dos cuerpos humanos, que a su vez y tan dentro de sí, asuman que son más que la masa y el volumen tangible que permite generar ambas sombras superpuestas.

Conciencia suena una palabra que lleva de la mano mucho de la lógica, y la lógica limita al sentimiento, pero en un esfuerzo debo unir ambos conceptos en una única idea, y es que “Somos consientes de albergar un sentimiento tremendo”, captamos con delicadeza lo que nos rodea y con una percepción que a veces nos asusta, debemos usar aquel código del alma, que nos hace ser foráneos en nuestra propia tierra, y gritamos en una hoja de papel mucho de lo que no podemos expresar en palabra hablada, y hasta ese punto nos regalamos a nosotros mismos aquel código que interpretamos con goce, y no por ser excluyentes usamos nuestro propio lenguaje del alma… entonces todo tiene mucho más sentido cuando encuentras alguien que hable tu mismo idioma.

3 comentarios:

Paz Ibar dijo...

pensee q me habiass enviado a un texto antiguo, pero veo q lo escribiste ahora.....


tambien me siento extranjera
me encanto =)
me estremesieron algunas partes

Yopps dijo...

me parece curioso y mas q profundo interesante pues es extraño ver como un ser el cual se da cuenta y experimenta anomalias que probocan incluso aislamientos en los casos mas extremos,se hace parte de un mundo del q no se cree parte en algunos sentidos, Se atreve a expresar lo que siente de manera publica, muchos quiza lo veran de alguna forma egolatra otras no pero es por esto mismo, el ser juzgado por un publico que en mayoria no comprenden en su totalidad a lo que hace referencia el texto pues no todos poseen la experiencia y las vivencias para poder sentir,y apreciar debidamente lo expresado, ya sea por que simplemente no quieren formar parte de quiza algo mas complejo o quiza algo solo distinto, pero que es la vida sin la originalidad sin la complejidad, ¿no son los retos los que nos motivan a levantarnos cada mañana? que aburrido seria levantarnos cada mañana sabiendo lo que ocurrira o como ocurrira, los retos nos ayudan a descubrir nuestras capacidades y mas importante nuestra capacidad de mojorar infinitamente sin alcanzar jamas la perfeccion, volviendolo mas interesante aun
se qu una persona como la que publico este texto lo hace para simplemente mostrar un caminos distintos y que cada uno elige que tan lejos desea llegar

bueno me depido con la intencion de haber ayudado a joan bago a incentivar la depuracion de lo superfluo y dar paso al cuestionamiento constante para crear un mundo mas sabio y desarrollado

pomulosa dijo...

ME encantó Jorge, pienso.. muy igual a ti. Un abrazo, Cigomática.